Yoo Guk-hee, jefe de la Comisión de Seguridad y Protección Nuclear (NSCC, por sus siglas en inglés), habla con los reporteros, el 26 de mayo de 2023, en el Aeropuerto Internacional de Incheon, al oeste de Seúl, tras concluir su viaje como líder de un equipo de expertos surcoreanos a Fukushima, Japón, para una inspección de seguridad de la planta nuclear dañada por un terremoto de 2011.
Seúl, 26 de mayo (Yonhap) -- Un equipo de expertos surcoreanos ha regresado a casa, este viernes, después de completar su viaje de seis días a Japón para realizar una inspección "in situ" de la averiada planta de energía nuclear de Fukushima, antes del controvertido vertido de agua contaminada.
El equipo de 21 miembros, liderado por el jefe de la Comisión de Seguridad y Protección Nuclear (NSCC, por sus siglas en inglés), Yoo Guk-hee, evaluó si las toneladas de agua contaminada pueden tratarse para que sean lo suficientemente seguras como para ser vertidas al océano este verano.
"Uno de los puntos clave que analizamos fue si el proceso de detención de un vertido se llevaría a cabo correctamente, en caso de que se presentara alguna una anomalía", dijo Yoo a los periodistas, en el Aeropuerto Internacional de Incheon, al oeste de Seúl.
El viaje incluyó una inspección de dos días a las instalaciones de la planta, para examinar el sistema de purificación personalizado de la planta, conocido como Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS), y las instalaciones relacionadas con los tanques K4, que están diseñados para almacenar el agua y medir las sustancias radiactivas.
Yoo dijo que el equipo examinó estrechamente los detalles, en el sitio, y solicitó datos adicionales. Agregó que planean explicar el contenido de la inspección "lo más pronto posible".
Los críticos han planteado dudas sobre el papel limitado de la visita, minimizándola como una mera formalidad e insuficiente para verificar la seguridad del proceso de vertido.
En marzo de 2011, un gran terremoto y un posterior tsunami dañaron los sistemas de refrigeración de la planta de Fukushima, lo que provocó la liberación de una gran cantidad de radiación.
Actualmente, la planta almacena más de 1,3 millones de toneladas de agua tratada con el ALPS. La descarga del agua está programada para comenzar este verano y tardará décadas en completarse, lo que los funcionarios japoneses consideran un paso inevitable en el proceso de desmantelamiento de la planta.
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